de cómo sobrevivir durante 2 años en un dormitorio para estudiantes "aliens" en Japón y no suicidarse en el intento

domingo, 9 de diciembre de 2007

Diario de abordo, día 1 de la era glaciar: zulo con vistas a la JR

Se me cruzaron los cables un buen día, y me vine para Japón. Podría haberme ido a las Bahamas a tomar el sol, a Miami a manifestarme contra el régimen de Castro, o a Venezuela a decirle a ese "guebón" del Chavez que se largue de una vez. Pero no. Ni manifestación política ni rascamienta panzil en una isla paradisíaca en medio del Caribe, nada de eso. Me vine a Japón, a disfrutar de esas mansiones tan grandes que tienen los japoneses, con yakutsis y negracos enormes para abanicarte mientras te tomas unos bloody marys en la mega piscina que hay detrás de tu mansión de ensueño.... ¡eso sí que es soñar despierta! ¡Qué puñetera mansión ni qué porras! ¡Viva mi zulo con vistas a la JR!

Hola, me llamo Chloe (vale, un nombre inventado, podría llamarme Benancia o Gertrudis, o a lo sumo Anacleta, "cleti" para los amigos... pero no... más vale ponerse un nombre de personaje de Smallville... a ver si se me pegan superpoderes o maldad suprema de mi ídolo el Lex Luthor) Viví durante dos años de mi vida en un zulo con vistas a la JR y... sobreviví (léase con sollozos a estilo grupillo de capados de Fightclub). Aunque esto parezca una confesión de alcohólicos anónimos, realmente esto es una confesión de "supervivientes anónimos en Japón". Dos años sobreviviendo en un zulo con vistas a la via del tren. Perfecto para el "alien" que se atreve a venirse a vivir a un dormitorio de estudiantes (y el que dice dormitorio de estudiantes dice, guest house, que más que guest, es putiferio-rebuelto), el que se ralle vilmente solo tiene que lanzarse por la ventana cual supermán enloquecido por el tamaño de su mansión, directito a las vías del tren... y chooooof, tortilla de huevos.

Sí, sobreviví dos años a un zulo con vistas a la JR, equipado con una cama más dura que el copón, con una almohada que más que almohada era una puñetero fósil del jurásico, una mesa de mirame y no me toques que me descompongo, un armario más pequeño que mi hand luggage del avión, una nevera en la que poner un tomate y una oliva rellena de anchoas, y una ducha dónde había que jugar al tetris para poder intentar llegar a labarse el culete.... (Y a mi se me consideró con suerte por tener el cubículo de la ducha, otros a parte de tener que jugar al tetris todas las mañanas como yo, tenían que compartir el cubículo con otras 50 almas más.... más que ducharse, lo que iban es a pillarse hongos). En resumidas cuentas, un dormitorio de estudiantes en Japón no es un edificio lleno de pisos de estudiantes. Es simplemente una colmena. Y en cada puñetera celda hay una abejita, las que no lo soportan, se largan o se suicidan. 

Cuando vi mi super zulo por primera vez me puse a llorar. Luego decidí que llorar no me solucionaria mi estado actual y de futuro. Aceptemos lo inevitable, nena: te vas a pegar aquí dos años. Sí, es un zulo. Y no, no cabe la ropa que tragiste. Y esa cosa que habita encima de la cama supuestamente es una almohada momificada... La segunda vez que vi mi zulo (eso fue después de ir al konbini a buscarme algo para comer, dícese de las maravillosas onigiris), decidí que me lo tendría que tomar con filosofía. O el zulo ganaba, o ganaba yo. Está más que claro, que gané yo. Por pura tozudería. Mis primeras medidas después de comerme las onigiris, fueron las siguientes (Diós mío, lo recuerdo como si fuera hoy... horreur.... me afecto el puñetero zulo de los "ojones")
  • TIrar la momia de la almohada
  • mover el super armario de sitio para que el zulo pareciera más grande (gané a penas 1cm)
  • apartar la cama ... Lo de apartar la cama para hacer limpieza antes de dormir en ella es una técnica que aconsejo a todo hijo de vecino que decida irse a un dorm o a una guest house en Japón, ganará en salud y bienestar. Lo que había debajo de mi cama era una colección de condones momificados, putrefactos y descompuestos, después de haber pasado siglos.... a saber cuántos dueños tubieron esos condones, cuantas chuscaderas soportaron... lo dicho... más vale desinfectar que luego criar un millar de hongos sin saber muy bién porqué
  • (en vistas de la visión debajo de la cama) desinfectar el zulo con kabi killer, y todo tipo de productos químicos para no dejar rastro de la anterior inquilina (que por lo visto fue muy... ejem)
  • intentar buscarle un rincón a mi maleta (lo dejé por imposible....)
Durante la primera semana decidí que al menos, mi zulo con vistas a la JR tuviera algo de "hogar". Así que le compré cortinitas y todas esas pijadillas. Total, que al menos cuando llegara a mi zulo no me agobiara al minuto de estar en el, sinó a los 5 minutos (4 minutos, son 4 minutos).

La vecina de la derecha era una Tailandesa ninfomana. Nunca supe pronunciar su nombre. Lo único que recuerdo de ella eran sus gemidos. Tenía más visitas que el metro en hora punta. Enfin, viva la Tailandesa chuscadora compulsiva. La vecina de la izquierda era una marujona de la ostia. Lo suyo: los soap opera japos. Para mi que no salía de su habitación... enfin... (Paso de hablar más de esas dos, al menos en lo que este post de introducción se refiere)..

Mi zulo pertenecía a un complejo de edificios con centenares de almas aliens, congregadas en un espacio reducidísimo. En total: 4 edificios. El principal (el mío, el más divertido... oh sí, era divertido, sobretodo si estabas en la sala principal con tus compis hablando de sus rollos y dolores de cabeza, pero eso ya lo contaré en otro post), con 6 plantas y 50 personas por planta, con una cocina en común, una sala de televisión en común, y una cocina (lugar de horrores mil) común. Las tres primeras plantas eran habitadas por 150 hombres, y las 3 plantas restantes por 150 féminas. Separados por plantas, pero unidos por una maravillosa escalera que permitía a mi vecina la Tailandesa chuscarse a todo el equipo de rugby chino de la primera planta, los de béisbol de la segunda planta, y los de sumo de la tercera... vamos... un primor. Si lo que quería dirección era "evitar" que nos "mezclaramos" más de lo "éticamente permisible", es evidente que no contaron con la ayuda diavólica de las escaleras y del ascensor. Los otros edificios eran de 4 plantas, todos con 50 almas por planta. (Haced cuentas de la colmena). La mayoría de occidentales locos estábamos en el edificio principal de 6 plantas (por eso de tener vigilante, que supuestamente nos vigilaba, pero más que vigilar lo que hacía el ancianito era roncarse nuestras juergas....) Pero la gran mayoría de peña en el dorm era asíatica no japonesa (poco sociable con los europeos, con contadas excepciones, y muy promiscua entre ellos, con la gran excepción de los mega frikis encerrados en sus habitaciones). La otra gran población del dorm eran las gokiburis (benditas cucarachas de tamaño diplodocutiense, con alas, y difíciles de matar... evidente, mis watsons, son cucarachas, y las cucarachas aguantan las hiroshimas y nagasakis que hagan falta... nos sobrevivirán y colonizarán nuestro querido planeta que maltratamos y contaminamos compulsivamente, en un futuro.. no muy lejano, para nuestro pesar y ánsias de joder al prójimo... ¡nos joderán ellas!)

En resumen. El ZULO DE CHLOE, con almohada de Tutancamón de regalo, condones de adorno y vistas al suicidio perfecto. He ahí donde viví y sobreviví dos años de mi vida, con efectos especiales tailandeses (oooh aaah siiii aaaah maaas) y banda sonora marujona. 

....

Hola, me llamo Chloe, tengo 25 años, y sobreviví al Zulo del dormitorio de estudiantes con vistas a la Yamanote. (apláusos del público y sollozos varios). Ésta es mi historia. Éstas mis quejas.... bienvenidos a las cronicas de la era glaciar: Cómo sobrevivir a Japón y no suicidarse en el intento.

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